El fin de semana vi por tercera vez una película que antes no le presté la debida atención Pero esta vez merece que escriba algo porque al fin de cuentas todos los seres humanos somos como fichas de ajedrez que a veces ganamos o perdemos en la partida de la vida, del amor, etc (si suena trillado pero sigan leyendo). Nuestro desempeño dependerá de nuestras jugadas. Pero a veces los jaques mates del juego de la vida llegan sin previo aviso y sufrimos las consecuencias de estar engranados en el mismo sin una salida clara...
Que fácil seria que mediante un programa tecnológico borraran de nuestro subconsciente todo eso que carcome nuestros pensamientos nuestros sueños, nuestros deseos de seguir. Y esto lo plasma el director de esta película. Kaufman lo logró a través de "Eternal Sunshine of the Spotless Mind" o " Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos". No soy una cineasta, no se de producción cinematográfica, pero soy humana vulnerable al sufrimiento y ansiosa de vivir a plenitud cada segundo de esta vida pero ¿a qué precio?
Nuestra existencia no es lo que palpamos, no es este montón de cemento llamada casa, esta lata con llantas a la que le decimos auto o los objetos que guardamos, no; nuestra vida está hecha de incontables ladrillos-recuerdos- que conforman y dan sentido a la imagen que vemos frente al espejo cada mañana; nuestra vida está hecha de las cosas que guardamos por lo que significan en nuestro cerebro, los objetos más inútiles cuyo valor afectivo suele ser más intenso que el real. Pero qué sucede cuando el bagaje de esas memorias es demasiado doloroso, penoso o simplemente inconveniente; ¿no sería espléndido poder borrarlo a voluntad?, ¿alteraría esta amnesia voluntaria el resto de nuestra existencia tal como la conocemos?, y si así fuera ¿valdría la pena?...
La respuesta la pueden concebir cada uno con el desenlace de la película, donde el protagonista esta en una intensa encrucijada por hacer que permanezcan esos tintes de recuerdos en su memoria...Y es que frente a los recuerdos cada uno de nosotros ha recurrido ya sea al fuego del recuerdo, y otros - incluida mi persona - a la tibieza del olvido
¿Y qué concluí? Aunque resulte intangible para muchos, no hay más maravilla en el que el de estar vivos y disfrutar de un té, de un pastel del alfalfa, de un Merlot con una excelente compañía, de un concierto de jazz de un grupo de las Antillas…Y de eso se trata, disfrutar los momentos pese a toda la miseria y dolor de nuestros ayeres.
En mi búsqueda por completar este escrito encontré un párrafo de un poema Mario Benedetti relacionado con la película:
Proyectos,
proyectos,
proyectos,
y aunque de pronto el rostro se carga de sombras
y algo concurre del pasado y oprime
la alegría vuelve como un pleamar
la alegría vuelve y todo lo inaugura.
