viernes, 13 de marzo de 2015

Poema a una mujer


El universo te hizo mujer, te hizo diosa,
De pelo rizado o liso,  con curvas y pliegues,
Conjugada con vuestra mente y espíritu;
…las cuales rigen e irrigaran todo tu cuerpo y alma.
Y fue así, que nacieron de ti: tus ideas, tus sueños, tus arquetipos.


Tú, desafiante jinete del aire y del agua,
Tú, planeadora de mundos diferentes:
Ya sea bajo el cielo catalán, de los Andes, o de otras latitudes.
Tú, buscadora implacable.
Tú, que urges en lo que existe más allá de la comprensión humana.
Tú, hermosa inquieta, continuaras tu lucha atizada. Allá, en las sierras, los atlas, los Pirineos, los Andes, los Alpes...


Se valiente, implacable, afable y enamorada:
De otros valientes, de los ideales que iluminan…
Pero sobre todo se fiel amante de tu ser,
Se tu una y otra vez.


Trovadora de la Ría



De la tierra del verano tropical, húmedo y llameante
Se recogían por los andamios: saltos de agua, bosques secos y paisajes…
Un baile se conjugaba a la entrega en ofrenda: la naturaleza de mi Pacifico.

He ahí la naturaleza sola y palpitante,
A la espera de espíritus líricos y juglares que la revelen,
de corazones, de autores de vida que la sientan desde sus playas, riberas y llanuras...

Es así que la ria impaciente e incesante,
anda andariega y desafiante, convocando y levantando la vida...
Ofreciendo al mundo almas inquisidoras
consagrando seres, aedos y trovadores...
!Ellos!...aquellos elegidos destinados a enraizarse, a sembrarse de nuevo, a perpetuarse.

Aquella trovadora que les describo
Inventa nuevos mundos desde el amor
Desde la habitación de su sonrisa íntima.
Es sabedora de la riqueza del dialogo…
O de la conversación bajo los árboles enamorados,
Árboles inquietos en pleno albor costeño.

Mi trovadora de la ría, mi eterna buscadora…
Tú cobijas sonrisas que hacen temblar mi cuerpo de alegría
Mi poeta del Pacifico, de cabellos de color dorado de color sol…
Con tus dedos delineas el rostro de lo hermoso y permanente…
El rostro de los sentimientos que van al encuentro diurno y dan color al mundo.

Trovadora sutil y brillante…
Eres naturaleza, eres amor…
Eres el corazón sagaz, el espíritu que abandona el sosiego y es casi ave
Eres el alma, a cuyo encuentro, el gozo nos recoge a ambos…
Eres gozo de reír, de querer, de bailar, de darse a la vida, una vez más…
Eres mi trovadora